Axl Rose, vocalista de la banda de rock Guns N’ Roses, fue acusado de agredir sexualmente a una modelo de la revista Penthouse en una demanda presentada este miércoles en Nueva York.
La modelo y actriz Sheila Kennedy, identificada como la demandante, asegura que Rose la agredió sexualmente “violentamente” en 1989 después de que se conocieron en un club nocturno de la ciudad de Nueva York. Kennedy está demandando a Rose por agresión, ataque, violencia de género y por infligir intencionalmente angustia emocional.
La demanda, Sheila Kennedy alega que Rose, actualmente de 61 años, “la agredió sexualmente” en la habitación de un hotel de Nueva York después de haberse conocido en una discoteca, se presentó este miércoles ante la Corte Suprema del Estado de Nueva York. Kennedy está demandando por una cantidad de dinero no especificada.
“Rose utilizó su fama, estatus y poder como celebridad e intérprete en la industria musical para tener acceso a manipular, controlar y agredir violentamente a Kennedy”, afirma la denuncia, que pide una reparación económica por los daños “emocionales, físicos, financieros y psicológicos” sufridos.
El compositor y pianista de Guns N’ Roses tenía fama en la industria musical de “agresivo, violento y un comportamiento sexual hostil”, según la demanda de 10 páginas presentada electrónicamente este miércoles por los abogados de la modelo, de 61 años.
Kennedy describe que inicialmente había ido a una fiesta en la habitación del hotel del vocalista y pianista del legendario grupo por invitación de éste, pero ante el giro “incómodo e inquietante” de la situación, Kennedy abandonó la habitación con un amigo de Rose.
El artífice de éxitos como “Appetite for Destruction“, cuyo verdadero nombre es William Bruce Rose, la siguió y la obligó a regresar arrastrándola “como un hombre de las cavernas” a su cuarto, donde le ató sus manos a la espalda y abusó de ella sexualmente.
Portada en cuatro ocasiones de la revista erótica Penthouse, Kennedy, también de 61 años, asegurá que Rose, que estaba bajo el efecto de las drogas, la “trató como propiedad utilizada para su propio placer sexual”.
Kennedy “sintió que no tenía escapatoria y estaba obligada a consentir”, según el documento judicial presentado el 22 de noviembre en el Tribunal Supremo del condado de Nueva York.
“Esperamos que la decisión de Sheila Kennedy de presentar esta demanda sea un punto de inflexión importante para el sector musical”, dijo la Dra. Ann Olivarius, presidenta del comité ejecutivo de McAllister Olivarius, en un comunicado a CNN el miércoles. “Desafortunadamente, su relato es demasiado típico de una cultura de violencia y conducta sexual inapropiada que se ha permitido que exista a plena vista durante décadas. No se trata sólo de músicos individuales que se pasan de la raya, sino de un sistema industrial que les permite y luego encubre sus malas conductas y crímenes, silencia a los sobrevivientes y normaliza las agresiones sexuales. Esperamos que la valentía de Sheila ayude a otras víctimas a encontrar su voz”.