Decenas de personas fueron dispersadas este martes por la Policía Nacional Haitiana (PNH), después de que, tras huir de sus casas en el barrio capitalino de Tabarre a causa de la violencia de las bandas armadas, se apostaran ante la embajada de Estados Unidos buscando seguridad.
“Nos vemos obligados a abandonar nuestras casas por culpa de los bandidos. Vinimos a refugiarnos frente a la embajada. Nos lanzaron gases lacrimógenos para disolvernos”, declaró a EFE Sonia, de 37 años, que se encontraba en el lugar con sus tres hijos.
La utilización de gases lacrimógenos creó una situación de tensión en el entorno de la legación, con los congregados corriendo en todas direcciones.
Había bebés, niños, mujeres y sobre todo jóvenes de zonas como Dumornay, Gallette y Morquette, en Tabarre, presa de la violencia de las bandas.
Tras ser desalojada, Sonia dijo que se veía obligada a regresar a su vivienda, a pesar de la precaria situación de seguridad. “’Voy a volver. Vine a la embajada a pedir ayuda, me lanzaron gases lacrimógenos. Firmo para volver a casa; si muero, moriré en casa”, exclamó angustiada.
Desde el fin de semana, las bandas han vuelto a la acción en varios puntos de la zona metropolitana de Puerto Príncipe y en otras ciudades de Haití, lo que se traduce en un aumento del número de secuestros y la proliferación de ataques armados en todo el país.
Las bandas armadas han resurgido ante el declive del movimiento justiciero conocido como Bwa Kale, que ha provocado la muerte de más de 200 presuntos delincuentes y allegados a los bandidos que han sembrado el caos los últimos cinco años.
El pasado fin de semana, al menos una docena de personas fueron secuestradas en Haití, entre ellas una periodista, mientras la Policía se muestra impotente para hacer frente a la situación.