Kany García cantó de nuevo en República Dominicana, pagando una deuda de canciones que tenía. Tres veces su concierto se había pospuesto por la pandemia. Y la pagó con creces. En vez de uno, hizo dos funciones.
Martes y miércoles, ante una empática fanaticada reunida en la sala principal del Teatro Nacional Eduardo Brito, la cantante renovó esa empatía especial con su público dominicano, quizás el más fiel que tenga fuera de Puerto Rico.
“Hemos estado en conciertos este año en los Estados Unidos y es una experiencia hermosa, pero genuinamente atesorábamos tanto regresar con la gente dominicana en este encuentro de esta noche, que para mí anhelaba, y que al fin cara a cara, y que al fin haya tenido fecha, ya esto es demasiada generosidad, lealtad, fidelidad. Así que esta noche he venido a darlo todo, no hay de otra”, fueron sus primeras palabras.
Una a una comenzaron a desprenderse sus emociones, las mismas que parecían sentir las mujeres presentes, porque no hubo una sola canción que no fuera acompañada por el coro colectivo femenino. Eso es lo que se llama saber transmitir cuando no solo se canta, sino que eso que se canta traspasa las barreras del sentimiento.
Con Kany y su público pasa algo especial, una conexión compartida en esos mensajes románticos o de reflexión social envueltos en su manera de hacer un pop a contratiempo. Es como si las mujeres en el teatro quisieran arrebatarle las letras y clavárselas en el corazón. Sí, ellas comparten sus dramas. En cada canción se ven reflejadas. En algunas de ellas naufragan.
En “Titanic”, por ejemplo “Y yo que te vi pasando una vida conmigo. Y yo que me vi conociendo a tus amigos / Contigo vi el futuro relativamente fácil / Y yo que nos vi, y yo que nos vi / Como lo viejo del Titanic”, cantaba Kany a todo pulmón. Y las voces de la fanaticada se sumaban como olas.
“El dominicano es un público que grita, que canta y que cuando no tiene cosas que decir también sabe escuchar, es un público que abraza y más que todo y que me lo enseñaron es un público fiel, que espera, gracias por estar aquí”.
Esa fidelidad entre Kany y los dominicanos viene desde sus inicios de manera decidida en la música, a raíz del lanzamiento en 2007 de su disco “Cualquier día”, del que sonaron los temas “Hoy ya me voy”, “¿Qué nos pasó?”, “Esta soledad” y “Estigma de amor”. Y una más, la controversial, “Amigo en el baño”, que armó una polémica y se volvió obligatoria en los conciertos. Después vendrían otras joyas “Hoy Ya Me Voy”, “Alguien”, “Duele Menos” y “Para Siempre”.
Su quinto álbum de estudio “Soy Yo” (2018) fue nombrado uno de los 50 mejores álbumes latinos de la década por Billboard, y el vídeo musical de su sencillo “Banana Papaya” junto a Residente ganó el Latin Grammy en 2019 en la categoría de Mejor Vídeo Musical. En 2019 lanzó su sexto álbum “Contra el viento” el cual fue coronado Mejor Álbum Cantautor en los Latin Grammys y dio nombre a su gira actual.
Su más reciente álbum “Mesa para dos” (2020) está compuesto por 10 colaboraciones con artistas como Carlos Vives, Camilo, Mon Laferte y Carlos Rivera. Con esta producción discográfica, la artista obtuvo Mejor Álbum Cantautor por segundo año consecutivo en el Latin Grammy.
Previo a interpretar “Búscame” ante la audiencia dominicana, incluido en su reciente disco, al igual que “Titanic”, recalcó su agradecimiento a sus seguidores: “Me toca decirle gracias a ese país hermoso que desde el día uno desde hace quince años, casi, empezamos en los lugares más chiquititos y hemos ido creciendo de la mano y nunca, nunca, nunca me han soltado… Me ha pasado con otros países que hay desconexiones, Dominicana no me la permite y me da la posibilidad siempre de regresar, gracias por eso”.
El momento más íntimo del concierto se dio con guitarra en manos, en la canción “Aunque sea un momento”, del álbum “Contra el viento” y que hace pone a muchas al borde del precipicio colectivo cuando ella canta: “Déjame quedarme sola / Deja que la vida de un portazo al pecho / Y deja que se me haga añicos / Todo lo que yo cuidé por tanto tiempo”.
Con Kany en el escenario la noche se va como una estrella fugaz y aunque las cante todas, algunas se quedan para una próxima. Y a ella le preocupa que alguien le reclame por eso. “Porque tenía yo una deuda grande y decía capaz que alguien, porque siempre hay alguien, que me va a escribir en las redes que no me cantaste la canción que quería, que bueno, que no era todo lo que esperaba, siempre hay un cabrón insatisfecho algarabía de la gente y ella medio sonríe”.
Entonces “con todo el amor” pasó a interpretar a un puñado de canciones “que llevan conmigo algún tiempo y hacer pedacitos con el sueño y deseo de no recibir ese mensaje” de algún hater. La cantante puertorriqueña guarda muchos recuerdos de sus conciertos aquí. La vez anterior, en marzo de 2019, un apagón en el Teatro Nacional interrumpió su show.
El martes, ella lo recordó: “En el teatro se fue la luz y quedó todo completamente oscuro y la gente no paró de cantar. Y me recordó dos cosas: que seguimos viviendo tiempos complicados de gobiernos que tienen que tener un poquito más de sensibilidad y lo otro es una seguridad muy clara, que sin importar el peor de mis momentos siempre tengo un público que me abraza y Dominicana esa noche me lo dejó muy claro”.
“Si eso pasa en otro país, no me imagino lo que hubiera pasado en otro lado, no me imagino lo que sucede en un lugar que se va la luz y a la gente le importe un carajo”.