En una velada de aproximadamente dos horas, la artista deleitó a su público con sus más grandes éxitos, evocando recuerdos de amores pasados que, como ella misma dice, marcan la existencia.
Acompañada de la Orquesta Filarmónica de Santo Domingo, integrada por 60 músicos bajo la dirección de Amaury Sánchez, La Sophy ofreció una impecable interpretación, con arreglos sinfónicos que realzaron la calidez de su voz y su inconfundible estilo.
Su concierto, titulado “Sophy Sinfónico“, tuvo lugar en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, un recinto que se llenó por completo para recibirla.
A las 8:45 de la noche, Sophy hizo su entrada triunfal, siendo recibida con una ovación de pie por un público que la esperaba con ansias.
Con su interpretación de “Perdón“, uno de sus mayores éxitos, la cantante inició un viaje musical que llevó a los presentes a revivir varias etapas de sus vidas.
“Le doy gracias a Dios por estar con ustedes, muchas gracias por el cariño que siempre me han brindado”, fueron sus primeras palabras, vestida con un elegante conjunto negro con detalles plateados, en una muestra de gratitud hacia sus admiradores.
A lo largo del concierto, Sophy interpretó temas como “Compárame“, “Necesito de ti“, “Conversemos” y “Lo mejor de mí“, mientras compartía anécdotas de su carrera y agradecía el apoyo incondicional de su público a lo largo de los años.
Aplausos y emoción
Durante la presentación, el maestro Amaury Sánchez, director de la orquesta, expresó su agradecimiento por el trabajo colaborativo de los músicos que participaron en los arreglos de seis de las 20 piezas que fueron interpretadas esa noche.
“La música es la perfecta sincronía entre el arte y los sentidos, y es el lenguaje universal que nos comunica con el espíritu”, afirmó Sánchez, provocando un cálido aplauso de los asistentes.
La noche continuó con una serie de éxitos, entre los que se destacaron “Soy una mujer y no soy una santa“, “Te tengo que decir adiós“, “Vicio“, “Un amante así“, “Hoy voy a cambiar“y “Locuras tengo de ti“.
Cada interpretación fue una muestra de la capacidad de Sophy para conectar con su público a través de su poderosa voz.
La conexión con su público
Uno de los momentos más emotivos de la noche ocurrió cuando el público solicitó con fervor la interpretación de “Canción para una esposa triste“, tema de su disco “Yo soy una mujer y no una santa“, lanzado en 1972.
A pesar de los años, la canción sigue tocando el corazón de los fans, quienes pidieron a viva voz su interpretación.
“Esta canción me mata, me aprieta el corazón”, confesó la artista antes de dar paso a la interpretación de la pieza.
En cuanto comenzaron los primeros acordes, las voces del público se unieron a las de Sophy, creando una atmósfera de comunión y emoción, mientras todos cantaban al unísono.
La canción, que habla sobre la difícil decisión de seguir adelante en una relación, resonó profundamente entre los presentes.
Cierre por todo lo alto
“Desde que pisé esta tierra me sentí feliz y me enamoré. Quiero darle gracias a Dios por compartir con ustedes”, fueron las palabras con las que Sophy anunció el final de la velada, antes de interpretar “Quisqueya“, una canción escrita por su compatriota Rafael Hernández, dedicada a la República Dominicana.
Con esta emotiva pieza, la artista cerró su presentación musical a las 10:26 de la noche, dejando un sabor de satisfacción y gratitud en el público.
Con este regreso, La Sophy dejó claro por qué sigue siendo una de las voces más queridas y admiradas de la música latina, consolidando su lugar en el corazón de su público y reafirmando su conexión con la República Dominicana.