Si juntamos la Semana de la Moda de París y a Kim Kardashian, siempre tenemos grandes momentos de estilo asegurados. Sobre todo si nos referimos a una de las marcas favoritas de la estrella de telerrealidad, hablamos por supuesto de Balenciaga.
La firma, siempre muy polémica en cuanto a sus diseños y sus desfiles, no defraudó a los seguidores de las prendas virales en esta última muestra, y a pesar de que su director creativo Demna Gvasalia había prometido regresar a las raíces de la firma española, caracterizada por las prendas bien construidas y los diseños elegantes, parece que de nuevo ha optado por piezas que causen sensación en las redes sociales.
La empresaria deslumbró con un vestido de aire gótico que parecía sacado del clóset de Morticia Addams. Perteneciente a la colección otoño invierno 2024-2025 que se presentaba sobre la pasarela parisina, el traje contaba con un cuello alto, cuerpo estilo corsé con transparencias, mangas acampanadas y un impresionante escote abierto en la espalda. Sin una sola pieza de joyería, y con el cabello recogido en una frondosa coleta, hubo un detalle que captó la atención de todo el mundo: la etiqueta de Balenciaga que colgaba sobre su espalda.
No es la primera vez que alguien se pone un vestido y se olvida de cortar una etiqueta, pero en un look para un evento de esta magnitud, cuesta creer que se a algo fortuito, pues las celebridades están supervisadas por un equipo de estilismo. ¿Será que tendría previsto devolverlo? Lo dudamos mucho, puesto que la madre de cuatro y la firma mantienen una estrecha relación, y aunque últimamente se ha puesto en duda el poder adquisitivo de las Kardashian, no dudamos de que cuenta con unos cuantos Balenciagas en su guardarropa.
Se trataba de un gesto intencionado que confirmaron más tarde las propias modelos del desfile de Balenciaga a su paso por la pasarela con las mismas etiquetas colgando de camisetas, bolsos y sujetadores.
Gvasalia ha comentado en más de una ocasión, en defensa de sus creaciones, que su idea es convertir objetos cotidianos en objetos de lujo, como ya hizo en colecciones anteriores con una falda hecha de toalla, un bolso que parecía la bolsa de Ikea, y otra bolsa que parecía de basura, creando joyería a partir de cordones de zapato y alfileres de gancho o una de sus últimas colaboraciones, una bolsa de supermercado de la famosa cadena de Los Ángeles Erewhom, que Kardashian llevó en el desfile, celebrado en las propias calles de la ciudad angelina.
Usar a Kardashian como reclamo parece que le está funcionando a la firma de lujo, pues se han disparado las ventas de piezas que ha lucido la socialité, como unas chanclas con puntera abierta, que parecían una sandalias de pedicura desechables y que estaban disponibles por $450 dólares.
No olvidamos otras pintas de Kardashian, quien durante un tiempo solo lucía los famosas pantabotas de Balenciaga en distintos colores, como la vez en la que se presentó en un desfile forrada con cinta adhesiva con el nombre de la marca, así que, que se haya dejado la etiqueta puesta no nos resulta tan extraño incluso si es intencionado.